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Militares Furiosos /Claudio Ochoa Huerta (México)
Han echado mano de ellos para construir un aeropuerto, trenes, sucursales bancarias, segundos pisos, para que la hagan de corredores inmobiliarios, encargados de la salud, distribuidores de medicinas y libros, choferes de pipas, agentes migratorios y aduanales, y productores de árboles y semillas, entre otros.
Ellos han cumplido los caprichos sin chistar, al menos públicamente, y bajo la constante crítica. Pero hoy, como quizá no había sucedido antes en la actual administración, se sienten traicionados y están furiosos.
En el Ejército Mexicano existe un beneficio laboral llamado “haber de retiro”. En términos prácticos es un pago mensual para todo elemento que decide tomar el camino de la jubilación, ya sea por alcanzar la edad máxima permitida para el rango o por llegar a los 20 años de servicio mínimos que marca la ley. Ese “haber de retiro” paga de acuerdo a la jerarquía y cambia de nombre a “pensión” cuando el militar muere y la compensación económica es para su familia.
Y aquí comienza el problema. A los pocos meses de la llegada de Andrés Manuel López Obrador, a la presidencia, y del general Luis Cresencio Sandoval, a la Secretaría de la Defensa Nacional, el pago del “haber de retiro” entró en pausa, pero no para todos los militares jubilados sino únicamente para varios que decidieron dejar sus puestos en lo que va de esta administración.
Bajo la condición de guardar el anonimato, este reportero pudo conocer al menos 13 casos de militares de distintos rangos, tanto de carrera oficial, como de tropa, que al retirarse en este sexenio no han recibido ni un solo pago de su “haber de retiro”, a pesar de cumplir con todos los procedimientos necesarios ante el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y Banjercito. Únicamente les han entregado el fondo de vivienda y de ahorro, más el seguro colectivo, que es una especie de afore. Pero nada de la mensualidad que muchos contemplaron para vivir y mantenerse.
Las quejas se acumulan en la Dirección General de Infantería, ubicada en Lomas de Tecamachalco, de la Ciudad de México, sin que exista una respuesta lógica de las autoridades. El enfado y la preocupación ya recorren los círculos de los altos mandos, porque por mera lógica ellos estarían más cerca de resultar afectados, sin importar su entrega y obediencia, sobre todo en este gobierno.
En esos mismos círculos militares corren rumores de que el dinero del “haber de retiro” no les llega a los beneficiarios porque se está utilizando para los proyectos faraónicos que ellos mismos están construyendo. Vaya paradoja que hace tic tac y pega donde duele.
Stent: El hermano menor estuvo muy tranquilo durante mucho tiempo, después de aparecer en videos recibiendo sobres con efectivo, llamados “aportaciones”. Al paso de los meses comenzó a sospechar que su hermano mayor lo traicionaría, con fines políticos. Luego, un par de voces muy cercanas le confirmaron las intenciones. Por eso el menor puso manos a la obra para que al mayor se le dejara de antojar aventarlo al agua. O al menos, jalarlo con él.
+ Título de portada, selección de foto y pie de foto, por CT
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Los militares están furiosos / Claudio Ochoa Huerta, El Universal (México), Septiembre 2