Adiós a Evo

Otra vez México asilará a radicales de izquierda, ahora a empleados y simpatizantes del expresidente boliviano Evo Morales. Los primeros veinte asilados -precisó el canciller Marcelo Ebrard apenas conocida la renuncia- son funcionarios del congreso y del Ejecutivo, esto es, miembros del Movimiento Al Socialismo.

Para justificar la decisión de asilar a funcionarios y simpatizantes de Morales, el nuevo gobierno de México apela a la noble tradición del asilo, claro. Aquí cabe preguntar si una democracia debe acoger a cualquier político extranjero en desgracia o sólo a algunos (los democráticos que estén a favor de la legalidad y las libertades básicas de las personas, por ejemplo).

El expresidente de Bolivia, llegado al poder a lomos de un sindicato cocalero (recolectores de hoja de coca, el material base de la cocaína), es el más fiel aliado del narco-dictador venezolano Nicolás Maduro. Es un hecho.

Otro hecho es que los nuevos asilados de México huyen de su país Bolivia porque su jefe, Morales Ayma, hizo según todos los indicios un fraude electoral. Resulta que el conteo de votos se interrumpió misteriosamente cuando estaba más que claro que Morales tendría que ir a segunda vuelta; mas al reanudarse, el expresidente ya tenía la ventaja justa para ganar en primera.

¿Se avorazó porque tuvo miedo de perder el poder en segunda vuelta? Tan descarado fue el fraude, que hasta la OEA que encabeza su amigo Luis Almagro le exigió ir a segunda o repetir la elección.

 

Pero eso no fue todo. Los antecedentes son más descarnados.

Morales –quien asumió su primer mandato hace 13 años, en 2006- organizó en 2016 un plebiscito que le fue adverso. El pueblo le dijo No, lo cual no le quitó el sueño ni las ganas. Primero cambió algunos magistrados del Tribunal de Bolivia, luego demandó legalmente su ¡”derecho humano”! a reelegirse por cuarta ocasión consecutiva, y finalmente, sus magistrados le dijeron que Sí, que reelegirse tanto tiempo es un derecho humano… en Bolivia.

No fue suficiente. Así que Morales debió recurrir a las habilidades de algún –digamos- Manuel Bartlett boliviano que se encargó de tumbar el sistema de conteo de votos el pasado 20-O. La oposición clamó fraude, los indignados tomaron las calles, la policía se insubordinó, y al cabo, los militares le exigieron renunciar. En el ínter hay 3 muertos y un estimado de 300 heridos por choques en las calles entre adversarios y simpatizantes del expresidente. La violencia escaló al punto de que la chusma quemó las casas de una hermana y la del propio Morales.

 

Si es difícil de entender que un presidente que dice buscar la democratización de México admire a dictadores como Fidel Castro y respalde a Maduro; mucho más lo es que habiendo sido víctima de un posible fraude en 2006, López Obrador ofrezca asilo ahora, en nombre de México, a un burlador de la voluntad popular.

¿Ideología o democracia? De nueva cuenta, López Obrador se ha decantado por anteponer su filiación política, el izquierdismo castrista. En esto es más bien típico.

Entonces un gobernante de izquierda que hace fraude electoral es bienvenido al México de la 4T. Nomás para ser congruentes, el presidente y su canciller deberían perdonar a Salinas y a Calderón los presuntos fraudes de 1988 y 2006… ¿Se seguirán quejando de los atracos a la voluntad de los mexicanos si ahora defienden un atraco agravado por la burla previa al plebiscito?

AMLO y Ebrard deben responder la pregunta que Elena Poniatowska hizo en Twitter a Evo Morales horas antes de la renuncia: “¿Por qué quieren eternizarse en el poder?”.

¿Por qué, sr. Ebrard? ¿Por qué, sr. López Obrador?

COHETERÍA

MILITARISMO O DEMOCRACIA  La intervención de los militares en la deposición de Evo Morales es inquietante dados los antecedentes sicóticos exhibidos por la soldadesca a lo largo del siglo xx en Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, Chile, y también en Bolivia con Hugo Bánzer. Son la principal incógnita. ¿Se conformarán los que exigieron la renuncia a Morales con restaurar las reglas de la democracia; o cederán a la tentación de gobernar ellos mismos? Hoy fue aprehendida María Eugenia Choque, la presidenta del Tribunal Electoral que instrumentó el fraude. Esclarecer a fondo lo sucedido en la elección del pasado 20 de octubre, y fincar responsabilidades a los delincuentes electorales, sería un paso en el camino correcto. Una recaída en el militarismo sólo empeoraría el de por sí complicado escenario latinoamericano.

 

EDUCADORES  Un hecho más es que desde el asilo a numerosos republicanos españoles pro soviéticos autorizado por Lázaro Cárdenas, hasta los camaradas chilenos y argentinos acogidos por el izquierdista Luis Echeverría tras los golpes de Pinochet y Videla, la nación mexicana ha estado bajo una fuerte influencia de políticos e intelectuales extranjeros de filiación pro dictadura. Para colmo, muchos fueron contratados en el monopolio universitario del gobierno mexicano. Como educadores, académicos, investigadores. Circunstancia es destino.