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¿AMLO Pierde Encanto? /Francisco Bustillos (Impacto)
¿AMLO pierde el encanto? / Francisco Bustillos, Impacto (México), 2 Mar
Nada es más doloroso para una celebridad que ser abucheado a su tierra, si no que lo pregunten a Luis Miguel; pero lo es más para un político como Andrés Manuel López Obrador que en Macuspana, es decir, en lo que podría ser la capital de la República, si él lo quisiera, la gente, no toda, desde luego, reclame incumplimiento de promesas.
Pero hieren más si los gritos son de sus paisanos tabasqueños que, según sus palabras descalificatorias, acuden a la politiquería, a la grilla, como le hicieron en el pasado cuando preferían seguir a un candidato a presidente municipal que a él.
El Presidente estaba molesto por el recibimiento de sus paisanos. “¿A mí también me van a gritar?”, les reclamó cuando el gobernador Adán Augusto López intentaba calmar el rechazo a su persona cobijándose con alusiones a López Obrador.
Como suele acontecer cuando se enfrenta a la multitud y reduce el problema a un asunto binario, el Presidente emplazó con un ¿sí o no?; muchos dijeron que no, pero otros tantos siguieron gritando.
Fue un momento más que difícil, así que no encontró mejor salida que despedirse: “Me dio mucho gusto estar aquí, con ustedes, ya no voy a poder seguir hablando porque así no se puede”.
Han pasado 14 meses de que asumió formalmente la Presidencia (en realidad gobierna desde hace 19 pues empezó a tomar decisiones apenas ganó las elecciones en julio de 2018), y las cosas no están tan bien como pregona ni la gente vive feliz, feliz, como presume.
Para incrementar la amargura, antes de iniciar la reunión de gabinete de seguridad, Jesús Ramírez Cuevas debió informarle esta madrugada que el periódico Reforma publicó la encuesta de Buendía que muestra la caída de su popularidad.
Sus seguidores dirán que está cuchareada y financiada por los conservadores, sus adversarios, pero lo cierto es que les pegó duro.
Todo es probable en la viña del Señor, pero sobran razones para fundamentar los números de Buendía: la crisis en el abasto de medicamentos que ha llevado a protestar en la calle a los padres de los niños enfermos de cáncer; la incapacidad del Insabi para atender a la clientela que tuvo el Seguro Popular; la movilización de las mujeres que padecen cáncer de mama y de grupos que sufren sida; los feminicidios y el paro de 9M, las constantes marchas de la familia LeBaron exigiendo justicia y seguridad.
Y un largo etcétera de asuntos que parecen menores, peor que no lo son, como el deplorable espectáculo con la rifa del avión de Enrique Peña Nieto que no será rifado porque a cambio estarán en juego 2 mil millones de pesos aportados por la Fiscalía General de la República aunque formen parte del patrimonio del Infonavit.
Desde luego, la caída en la popularidad es un asunto menor porque siempre será posible revertir la tendencia, pero tratándose de un político para quien la popularidad lo es todo, debe ser doloroso que el pueblo lo deje de amar.
¿Será así o es solo un fenómeno pasajero?