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Anillo al Cuello / Lila Abed (El Heraldo de México)
Anillo al cuello / Lila Abed, El Heraldo de México, 6 Abr
Vaya que la pandemia del COVID-19 sí que les ha caído como anillo al dedo a varios líderes alrededor del mundo.
La tendencia que se estableció previo al brote del coronavirus que originó
esta crisis internacional de mandatarios populistas, tanto de izquierda como de derecha, que utilizaron la vía democrática para llegar al poder, ahora se encuentran con el pretexto perfecto para fortalecer su control sobre sus sistemas políticos y justificar sus distintas agendas
nacionales.
Uno de los ejemplos más emblemáticos de esto es el primer ministro de
Hungría, Viktor Orbán, que se suma a una fila de líderes autoritarios, disfrazados de demócratas, como Recep Tayyip Erdogan, de Turquía, y VladImir Putin, en Rusia, entre otros.
Hace un par de semanas, el gobierno ultraderechista de Orbán, cuyo partido goza de una mayoría calificada en el Parlamento, aprobó una ley que le permite al Ejecutivo utilizar poderes extraordinarios para gobernar por decreto indefinidamente y sin control para luchar contra
el coronavirus.
En pocas palabras, el primer ministro asume democráticamente poderes dictatoriales para silenciar a sus opositores, controlar a la prensa y cancelar elecciones a su gusto.
En Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu también se aprovechó de esta pandemia para frenar el juicio de corrupción en su contra.
Tomando como excusa la necesidad de frenar el contagio masivo de la población israelí, declaró una emergencia nacional que ordenó el cierre de todas las cortes y la suspensión del sistema judicial hasta nuevo aviso.
El mismo patrón se replica en India, Belarus, Tailandia, Turkmenistán y en casi todas las regiones del mundo.
Entonces, no debe de sorprendernos que nuestro presidente utilice esta pandemia para afianzar el propósito de su cuarta transformación en México.
Sin embargo, se equivocan estos mandatarios al creer que, en palabras
de AMLO, esto es una sencilla “crisis transitoria”.
No son momentos para justificar agendas políticas ni para avanzar proyectos personales.
Estamos ante una situación de vida o muerte. Miles de personas van a sufrir
por la ausencia de liderazgos reales y estrategias de manejo de crisis eficientes.
Esperemos que los mismos sistemas democráticos que llevaron a estos líderes al poder, los exhiban por lo que realmente son y que enfrenten el juicio que se merecen.
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