ARCHIVO EN CÓDIGO Ojalá no se canse AN: López Obrador

Por Carlo Pini y Javier Quiñones

Entrevista realizada y publicada el 5 de noviembre de 1995, a tres días de las votaciones para alcalde de Puebla ganadas por Gabriel Hinojosa Rivero. Manuel Bartlett fungía entonces como gobernador de Puebla.

 

“Ojalá y el PAN actúe con firmeza. Porque en Yucatán hubo fraude electoral, ganó la elección y protestaron los panistas, sí, ¡pero se cansaron pronto! A los tres días de la toma de posesión de Víctor Cervera Pacheco, ya estaban sus representantes entrevistándose con él en su despacho.”

Quien así se expresa es Andrés Manuel López Obrador, al explorar la posibilidad de que el candidato albiazul Gabriel Hinojosa gane los comicios del próximo domingo.

El aguerrido militante perredista -el de los bloqueos a los pozos de Pemex, el ¨coco¨ de Roberto Madrazo, el mismo que documentó en 14 cajas un presunto despojo en su prejuicio, en fin, el para algunos gobernador sin corona de Tabasco- llegó a la casona de El Universal-Puebla al filo del mediodía, acompañado por Rosa Albino Garabito y Eduardo Fuentes de la Fuente.

Los tres bañados en el confeti del mitin donde habían estado minutos antes.

Aquí, en la oficina de nuestro director, de cerca no parece tan “temible” el célebre perredista. Tampoco revela su presencia la iracundia que tantos le espetan. Al contrario, proyecta López Obrador una personalidad más bien serena, discreta y sin duda alguna inteligente.

Debe poseer además este político radical una naturaleza reflexiva, pues contesta a cada pregunta formulada con palabras medidas. Con la precisión de un dictado, casi.

Así lo hace al comparar los comicios locales celebrados hace un año en Tabasco -tras los cuales, luego de numerosas inconformidades, perdería él la gubernatura ante Roberto Madrazo Pintado- con los que se hallan en curso actualmente en Puebla.

“Sin temor a equivocarme -sentencia a poco de iniciada la entrevista-, sin duda el proceso electoral de Puebla es más fraudulento que el de Tabasco”. Diagnostica: “Lo que está sucediendo aquí es excepcional. ¡Es el extremo!”.

Y resume: “Es una campaña de estado, porque ningún otro partido podría hacerla”.

De entrevistado López Obrador transita, al calor de la plática, a la condición de entrevistador. Pregunta, quiere saber, y no muy satisfecho, desahoga al final sus propias conclusiones. Empieza a rascarle al asunto por el lado de los encuestadores del PRI, critica la campaña del gobernador y luego se mete por una larga advertencia sobre maniobras contra la voluntad popular.

“Llega el encuestador, pide la credencial y si no se las dan, quizá no aparezca en los listados de las casillas. O los mueven hacia otras el mero día. Y quienes sí se las muestran, se quedan con el temor. El día de las elecciones pasan por ellos en camiones, y así se cierra el círculo.

“Por eso, si no les sacan cuando menos 15 puntos arriba, los panistas no van a remontar el fraude.”

UNA RELACIÓN COMPLEJA

Andrés Manuel López Obrador se explaya con generosidad al abordar las relaciones entre los respectivos mandatarios de Puebla y Tabasco. Describe una imbricación de tonos oscuros:

“El papá de Bartlett fue gobernador de Tabasco. Hubo una manifestación, un motín; le dieron una pedrada y tuvo que abandonar el cargo.

“Quien encabezó la rebelión contra el papá de Bartlett fue Carlos Madrazo. Y cuando regresa Manuelito de sus estudios en Francia, entra a trabajar al PRI, ¡precisamente como secretario particular del verdugo de su padre!”.

“Carlos Madrazo -prosigue- moriría más tarde en un ‘accidente’ que fue más bien una de las tantas acciones perversas del régimen. Y hoy, fíjense qué curioso: Manuel Bartlett es el jefe del hijo de aquél”.

DE DESESTABILIZADORES Y OTROS MALES

López Obrador documenta en la autobiografía de Margaret Tatcher las raíces de la actual crisis mexicana, “Según la Tatcher, la devaluación de diciembre se originó por los gastos de la pasada campaña presidencial, por lo que costó llevar a Zedillo a la Presidencia. Estamos hablando de miles de millones de dólares.”

Su apreciación de la situación en que se encuentra hoy el primer mandatario de la nación, es francamente sombría.

“Es un hecho que Zedillo no ha podido tomar las riendas del poder. Es excepcional que un presidente muestre tantos signos de debilidad; eso no pasaba desde Pascual Rubio y Abelardo Rodríguez… Y en política es muy grave ¡porque los vacíos son ocupados inmediatamente!”.

Los estarían ocupando, en su perspectiva, ciertos “grupos de interés regional”. “Muchos de ellos están vinculados a Salinas; entre ellos están Bartlett y Hank” -precisa.

Para López Obrador esos grupos de interés “se lanzaron contra Moctezuma Barragán y lo echaron de Gobernación, eso ha hecho recular cada vez más a Ernesto Zedillo, con el pretexto de aquel eufemismo de la presidencia acotada”.

“Bartlett -remata- es el capo mayor de los cacicazgos regionales que están desestabilizando al país.”

 

También atribuye un peso a la incertidumbre prevaleciente en torno al caso Colosio. Nos habla un poco del libro que espera publicar en diciembre. El Poder en el Trópico”. Refiere en él algunas revelaciones sobre su reunión privada con Luis Donaldo en casa de Clara Jusidman, el 21 de marzo de 1994.

Y aporta un elemento nuevo al adelanto concedido al periodista Roberto Zamarripa. Habla de “lavar ese agravio”, de “curar ese trauma, y recomienda a la fiscalía especial y la PGR “centrarse en esclarecer, comprobar o descartar la hipótesis de la autoría intelectual, que por ahora apunta a Córdova Montoya y/o a Salinas”.

Nada más suelta sobre su libro. Obviamente desea reservar a los lectores el contenido de unas páginas que -espera- habrán de levantar polémica.

Por supuesto, indagamos su opinión sobre los recientes rumores difundidos por Dow Jones y la agencia de noticias Reuter. Desde ese contexto, López Obrador expone una salida a corto plazo para la crisis social que mantiene al país pendiendo de un hilo.

Razona: “Cuando hay mando, no prosperan. En el colegio me enseñaron que rumor significa provocación para ser creído”.

Receta: “Primero, Zedillo debe asumir su deber; pero no le estamos pidiendo que actúe con autoritarismo o con golpes en el escritorio, sino un cambio democrático sin fuerza y con una actitud distinta. Y segundo, Zedillo debería optar por una recomposición en su gabinete.”

La imagina así: “Por ejemplo, cambiar a los titulares de Relaciones Exteriores, de Hacienda y de Gobernación”.

Hace una pausa López Obrador. Prolonga la reflexión, sabedor de la responsabilidad de los políticos sobre las vidas de millones de personas. Al fin halla un punto de apoyo, una justificación para sus juicios.

“Porque no es posible ni deseable que la falta de decisión siga afectando la actividad productiva, retrase la reactivación económica y nos mantenga en un proceso de empobrecimiento masivo”, concluye.

 

FUENTE El Universal-Puebla, 5 de noviembre de 1995, página 4 A y llamada en portada.