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Ha llamado la atención el que este jueves reapareció Guadalupe Ballesteros, un allegado a Lorena Cuéllar la súper delegada del Bienestar. Mas no es esto lo que llama la atención, sino la propuesta de crear “una organización tanto local como nacional para la protección de los policías”, conformada por ex policías que no salieron nada bien cuando lo fueron.
En este punto comienza a destejerse una trama que está muy bien orquestada. En primer lugar, porque Ballesteros continúa siendo uno de los brazos derechos de Lorena Cuellar y labora en Puebla, en una delegación federal. Pero ahí no para el chisme, ya que la idea principal es la creación de un sindicato por quien en tiempos pasados realizó una huelga o paro de policías estatales.
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El asunto va encaminado a expandir el poder dentro y fuera del gobierno, preparando muchas cosas por si el presidente siguiera cayendo de la gracia de la ciudadanía ya que sus programas federales no han cumplido ni en lo más mínimo.
¿Qué pretende Ballesteros con esto, cambiar los reflectores y poner en tela de juicio la seguridad del estado? ¿Es por orden de la delegada que así buscaría seguir golpeando al gobierno estatal?
Es una burla a todos que Ballesteros continúe en su papal absurdo de víctima obstinada, buscando que la policía se rebele y haga lo que él diga u ordene. La idea de nueva cuenta parece ser alborotar el gallinero, así como se escucha. Por lo mismo pretende que se inconformen los policías, tanto estatales como municipales, peleando por lo un negro personaje que busca desestabilizar.
¿Será que su dolor es tan grande que requiere, para aminorarlo, que también otros sufran su martirio?
La idea principal es erigirlo como líder máximo de los uniformados, apoyado en otros expolicías en su proyectada organización civil y policiaca. Más se le olvida a Ballesteros algo fundamental y esencial: los policías de todos los niveles son de confianza, por lo tanto no pueden estar sindicalizados. Aclaro que si quieren pertenecer como personas fuera de la policía a cualquier organización lo pueden hacer sin afectar su trabajo”.
Así veo yo las cosas y así estará sucediendo –si prosperara Ballesteros- si algunos se dejan engañar.
Hagamos changuitos porque Ballesteros aprenda a leer y alguien le enseñe las leyes que su querida amiga no sabe o no conoce.