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Cómo Idiotas / Salvador Sostres (España)
Cómo auténticos idiotas / Salvador Sostres, ABC (España), 10 Mar
Lo de Ayuso cerrando los colegios. La debacle ayer de las bolsas. Todo el mundo con mascarillas como auténticos idiotas. Los periódicos exagerando un poco más en cada portada. Los digitales a punto de estallar. Los conciertos, los partidos de fútbol, hasta el darse la mano.
Somos la Humanidad más blanda de la Historia. La más preparada, la que más medios tiene a su alcance y la que mayores logros ha concretado. Pero también la más histérica, la más infantil, la menos consistente, la que más inconscientemente podría destruirse por su frivolidad, por su tontería, ni siquiera por su mala leche.
Yo no sé si los periódicos han pensado en lo caro que les va a salir todo este drama. Bueno, a mí también, pero ya me entienden. No sé si el redactor, el redactor jefe o el columnista que hoy firma su texto incendiario han pensado en que el agujero que en breve van a provocar en la economía mundial podría acabar con su puesto de trabajo. No sé si alguien, antes de ponerse a escribir, lo ha pensado. Creo que no. También creo que el gobierno italiano no ha pensado que por una gripe no se puede para un país.
Sin responsabilidad no hay libertad y nos estamos comportando como unos irresponsables, como unos alarmistas y luego diremos que es culpa de Internet que los artículos nos los paguen a 20 euros. ¡Nos habremos cargado nuestro propio negocio escribiendo no más que chorradas y tendremos el nervio de culpar a la globalización o a los bancos! El coronavirus es una gripe, en Italia no pasa absolutamente nada y estamos atentando contra un bienestar que cuando nos demos cuenta de que lo hemos perdido, tendremos el morro de preguntarnos: “¿pero qué ha pasado?, ¿cuándo se jodió todo?, o ¿qué intereses reales hay detrás de esta enfermedad”, y la única respuesta será nuestra profunda, tremenda, inaudita imbecilidad.
Lean los periódicos, léanlos. Lean cada página y piensen que cada director, lo más probable es que cada director adjunto y cada periodista que ha escrito el fin del mundo en cada frase, sea marido y padre, -o exmarido, todavía mucho más caro. ¿Tiene algún sentido convocar el miedo, un miedo sin ningún tipo de fundamento, sabiendo que este miedo va a dejarte en el paro? Pues esto es exactamente a lo que nos dedicamos. A sembrar el pánico que va a matarnos. Si por lo menos el motivo fuera cierto, realmente grave, una amenaza que en verdad fuera a exterminarnos, el deber de informar podría ser una excusa, aunque el tono amarillista en que la mayoría de medios lo han hecho tampoco tendría un pase. Pero es que caeremos por nada.
Y luego lo de Ayuso: ¿dónde se piensa la presidenta que irán los niños que no vayan al colegio? ¿No irán al parque a jugar con sus amiguitos? ¿No estarán en contacto con sus padres, cuando regresen de trabajar en las fábricas, en las oficinas o en los supermercados? ¿No les cuidarán sus abuelos, que son las víctimas más propiciatorias de esta enfermedad, como de cualquier gripe? Es una medida estúpida, populista, amarillista, nefasta. Ganas de llamar la atención, una frivolidad imperdonable en una presidenta que por lo demás estaba dando excelentes resultados.
Somos muy infantiles. Demasiado. Al coronavirus le quedan algunas semanas y por supuesto ni nos acordaremos de él en verano. ¿Qué otro drama nos vamos a inventar? ¿Qué va a ser lo próximo que va a agotarse en el supermercado? Algún día -o quizá no, pero sería bello- recordaremos que vivimos en el mejor tiempo de la Historia y en uno de los países más extraordinarios. Todo este tiempo podríamos haberlo pasado celebrando.