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Elena Poniatowska recibió Premio Internacional Carlos Fuentes 2023

“Mi vida ha sido siempre un inmenso signo de interrogación”, dijo hoy la escritora mexicana Elena Poniatowska (1932) al recibir el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2023, que otorgan la Secretaría de Cultura federal y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Recibir un premio que lleva el nombre de Carlos Fuentes, a quien conocí desde los 50, cuando aún no sabíamos cuál sería nuestra vocación, equivale a levantar la vista sorprendida por un estallido de luces que gira en el cielo como la rueda de la fortuna gira sobre la Tierra”.

En la ceremonia, celebrada en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, Poniatowska estuvo acompañada por la periodista Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes; la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, en representación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero; la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova, la coordinadora de Cultura UNAM, Rosa Beltrán, y el historiador Javier Garciadiego, miembro  del jurado.

Poniatowska recordó sus años de amistad con el autor de Aura, a quien describió como el joven más vital, alerta y entregado de su generación, con quien bailaba mambo y chachachá.

En cuanto a mí, dijo, “recibo el premio que él me envía con un guiño: ‘Ahí te va, Poni -me decía Poni por enana-, te lo tenía yo guardado’. Nunca creí que yo viviría más que él y que José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis y Vicente Rojo, mis compañeros de trabajo en el diario México en la Cultura”.

“A lo largo de 70 años nunca abandoné el por qué, dónde, cuándo y cómo, las primeras preguntas del periodismo. Quizá habría tenido más seguridad en mí misma de nacer en México, pero me trajeron de París, y sigo preguntando lo mismo. Viéndolo bien, mi vida ha sido un intenso signo de interrogación, y ahora sigo preguntándome cómo hacer las cosas y qué va a pasar con México, cuál va a ser el destino de mis 10 nietos y el de todos los niños mexicanos”.

“Este premio me hace feliz y hace felices a quienes escribimos con tal de devolver algo de lo mucho que hemos recibido”, añadió y agradeció al jurado, que, al reconocerla, premió a los personajes que ha abrazado a lo largo de siete décadas.

El jurado, integrado en esta ocasión por los escritores Concepción Company, Javier Garciadiego, Luis García Montero, Reneé Acosta y Margo Glantz, premió de manera unánime a la autora de La noche de Tlatelolco por sus aportaciones a las letras en lengua española, a través del periodismo, la crónica, la entrevista y la novela.

Poniatowska recibió un diploma, una obra escultórica, diseñada por el artista visual Vicente Rojo, y se hizo acreedora a una cantidad en pesos mexicanos equivalente a 125 mil dólares estadounidenses.

La periodista Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes, recuperó las letras del escritor sobre la premiada: “La vi por primera vez con un vestido de gatito en el Jockey Club”, para recordar la amistad entre ambos. De su obra, destacó los retratos “de mujeres famosas e infames, anónimas y estelares que arman la gran galería biográfica del ser femenino en México”.

“¿En dónde empieza el periodismo en Hasta no verte Jesús mío y dónde comienza la ficción?, ¿dónde termina la ficción en Tiníssima, y donde empieza la biografía? Elena es una new journalist en sí misma, aunque también una nueva biógrafa y una nueva novelista”. “Aquí estamos, acompañándote, Elena, en una fecha especial, un día en el que se unen nuevamente los jóvenes Elena y Carlos. ¡Te queremos mucho, Elena!”.

En representación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, resaltó que Elena Poniatowska y su conmovedora humildad han enseñado una lección fundamental: “La creación, cuando hay compromiso político, debe traducirse en pensamiento, pero también en acción, solo el intelectual que se define puede ayudar a los demás a definirse”.

Agregó las vivencias de una lectora, admiradora y amiga de Elenita, en tres momentos: El primero -dijo- cuando fui una de esas estudiantes de secundaria, que corrió a las librerías a buscar un objeto del deseo, la novela Aura, que fue considerada como inadecuada para jóvenes en México. En ese contexto es posible entender que la literatura es también “un acto de rebeldía y que abrir las páginas de un libro nos hacen libres”. El segundo, en 2011 “cuando Elena Poniatowska me proponía un programa para un encuentro con jóvenes”; el tercero, “hoy 12 años después, con el honor de estar aquí en Bellas Artes acompañando a Elena Poniatowska a recibir el premio que lleva el nombre de su amigo Carlos Fuentes”.

La coordinadora de Cultura UNAM, Rosa Beltrán, en representación del Rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, transmitió un saludo a los presentes y una felicitación a Elena Poniatowska por este reconocimiento, “uno de los más prestigiosos para escritores en lengua española”, el cual distingue a quienes hacen de ella “un vehículo más poderoso, más sutil y preciso para comunicar la complejidad humana, quienes inauguran estéticas y poéticas que se vuelven parte intrínseca de nuestra autoconcepción, de nuestra identidad”.

Destacó que la escritora “incendia la imaginación” en sus historias ficcionadas, en las que despliega personajes entrañables que no se ajustan al canon; así como sus libros periodísticos como La noche de Tlatelolco, sobre la masacre del 2 de octubre de 1968; Nada, nadie. Las voces del temblor, en torno al terremoto de 1985; así como el énfasis que ha dado a la relevancia de las mujeres a lo largo de su trabajo, y la cercanía humana, la investigación y el humor con el que dialoga con la tradición.

“El propio Carlos Fuentes subrayó que Elena ‘ha contribuido como pocos escritores a darle a la mujer un papel central, pero no sacramental, en nuestra sociedad’. En cada uno de los personajes de Poniatowska, los que pertenecen a la vida real y los que ella construye con un edificio de palabras, nos reflejamos, nos mimetizamos, nos decimos mejor de lo que podríamos hacerlo con nuestras propias palabras”, agregó Beltrán.

Recordó las palabras de Poniatowska sobre Fuentes, quien podía explicarlo todo y, recordó que ambos se conocieron bailando antes de que fueran escritores. “Hoy te sacó a bailar de nuevo Fuentes, querida Elena”.

A su vez, la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, reconoció a Elena como creadora de una obra que se abrió a la pluralidad de voces, como lo hizo Fuentes, a quien recordó en palabras de Poniatowska como “el primer novelista que quiso abarcarlo todo”. “Nada en México le fue ajeno o indiferente a Carlos Fuentes, ni su belleza, ni su diversidad, ni su desigualdad, ni sus injusticias, Carlos lo hizo y Elena lo sigue haciendo, ejercieron siempre la protesta, conocen bien que la cultura puede hacer mejor a la humanidad”.

También, recordó la trayectoria y las obras destacadas de la ganadora, su compromiso con las causas sociales y con la literatura nacional y dijo: “Cierro con una frase tuya, esa que encierra la sabiduría que eres, Elena querida: ‘la finalidad de la vida no es prosperar sino transformarse’. Aquí estamos viviendo una gran transformación de la cual eres, sin duda, una de sus principales protagonistas, ¡Que viva Elena Poniatowska, que viva por siempre Carlos Fuentes, que vivan las letras!”.

Al hacer uso de la voz, el historiador Javier Garciadiego, miembro del jurado en esta edición, destacó que otorgar este premio a Elena Poniatowska es “un acto de justicia inescrutable que el destino hizo posible”. Señaló las afinidades que hermanan a la galardonada con el escritor que da nombre al premio, no solo en la amistad, sino en compromiso por México, que se despliega en el cuerpo de la obra de ambos, a quienes describió como los grandes muralistas mexicanos de la literatura.

La Secretaría de Cultura federal y la UNAM otorgan este premio anualmente a escritoras o escritores que, por el conjunto de su obra (escrita en español en su totalidad o una parte sustancial), hayan enriquecido el patrimonio literario de la humanidad.

Fue instaurado en memoria del escritor mexicano, autor de clásicos como La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz, en 2012, año de su fallecimiento. Busca reconocer el trabajo de quienes, a través de sus letras, enriquecen la literatura universal con sus poemas, novelas, ensayos y cuentos. En un principio, su periodicidad fue bianual; a partir de 2019, su entrega se estableció de forma anual, por un acuerdo entre la Secretaría de Cultura federal, la UNAM y la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes.

Poniatowska se convierte en la cuarta mujer en obtener este galardón en su historia, luego de la mexicana Margo Glantz (2022); la chilena Diamela Eltit (2020), y la argentina Luisa Valenzuela (2019). Los otros ganadores de este reconocimiento han sido Mario Vargas Llosa (2012), Sergio Ramírez (2014), Eduardo Lizalde (2016) y Luis Goytisolo (2018).

Semblanza de Elena Poniatowska

La periodista y escritora Elena Poniatowska nació en París, Francia, el 19 de mayo de 1932, con el título de princesa Héléne Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska Amor.

Como escritora, ha tocado casi todos los géneros literarios: novela, cuento, poesía, ensayo, crónica y también ha escrito cuentos para niños y adaptaciones teatrales. Vive en México desde 1942 y posee la nacionalidad mexicana desde el año de 1969. Después de una formación inicial en lengua inglesa y castellana, en 1949 realizó sus estudios en Estados Unidos y regresó a México en 1953. En esa época comenzó a trabajar en el periódico Excélsior, donde a partir de entrevistas retrató la realidad del país en los años cincuenta.

En 1955 publicó su primera novela, Lilus Kikus y en 1971 obtuvo el premio literario Xavier Villaurrutia por La noche de Tlatelolco, aunque lo rechazó. En 1964 escribió Hasta no verte Jesús mío, y en 1988, La Flor de Lis. Destacan en su amplia bibliografía Querido Diego, te abraza Quiela (1978), De noche vienes (1979), Fuerte es el silencio (1980), Todo México (1990), Tinísima (1991), Paseo de la Reforma (1997), Todo empezó en domingo (1998), Cartas de Álvaro Mutis a Elena Poniatowska (1998), Las soldaderas (1999), Juan Soriano, niño de mil años (1999), La piel del cielo (2004) y El amante polaco (2021).

Entre sus trabajos periodísticos destacan las crónicas del movimiento estudiantil de 1968 (compilados en La noche de Tlatelolco), el terremoto de 1985 en Ciudad de México (reunidas en Nada, nadie. Las voces del temblor), o el conflicto de Chiapas en 1994.

Ha sido profesora de literatura y periodismo en los institutos Kairós y Nacional de la Juventud (INJ) y del taller literario El Grupo. Fue socia fundadora de la Cineteca Nacional y de la editorial Siglo XXI. Además, ha estudiado la figura de importantes personalidades de la cultura, como la poetisa mexicana sor Juana Inés de la Cruz y el muralista mexicano José Clemente Orozco, a través de cortos cinematográficos.

Ha sido colaboradora de Novedades, El Día, El Financiero, The News, La Jornada o El Nacional. Contribuyó con sus trabajos a la Revista Mexicana de Literatura, Estaciones, Abside, Artes de México, Revista de la Universidad de México, La palabra y el hombre, Punto, Equis, Proceso, a las revistas Fem y Debate feminista.

Posee un premio literario que lleva su nombre, instaurado en 2007 por el Gobierno de la Ciudad de México y es honoris causa por universidades de varias partes del mundo. En el año 2013 obtuvo el premio Cervantes. Y, el pasado mes de abril, el Senado mexicano le entregó la Medalla Belisario Domínguez, uno de los reconocimientos más importantes que puede ganar un ciudadano mexicano.

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