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Juan Ramírez: Breve Semblanza de un Hombrón con Alma de Niño

Dos Veces Cayó por muy Pocos Votos; hoy es un Serio Aspirante a la Presidencia Municipal de Santo Toribio Xicohtzinco

 

El empresario nevero Juan Ramírez Romero compitió dos veces por la presidencia municipal del pueblo donde vio la luz primera, Santo Toribio Xicohtzinco, Tlaxcala.

En 2007 la perdió por 56 votos. En 2003 por la mitad, 28 apenas. “Me anularon 60 votos” -duda a diecisiete años de distancia.

-Dicen que la tercera es la vencida ¡ya ve al presidente López Obrador! -pico con intención de sacar hilo.

Mas don Juan no cae. Recuerda las reglas y los riesgos de adelantar fechas electorales. Algo concede: “Me animaría si veo apoyo de las familias, los amigos, los ciudadanos”.

Costumbre de hacer sentir bien a los demás. FOTOS Antonieta

 

Mientras charlamos Juan cocina chilaquiles. Cuando llegamos había cortado ya tortillas de comal, y ahora prepara la salsa. Nos sirve con la naturalidad de quien desde tierna edad aprendió a servir a los demás.

Después, consumada la comunión de la mesa, la conversación seguiría un derrotero propio.

DULCES Y NIEVES

Charlamos con Juan Ramírez en su búnker: una casona cuya planta baja alberga “El Yetti, Paletería y Nevería”. Son los logros de un hijo de campesinos que de niño vendía dulces por las calles del poblado.

FOTO Antonieta

 

“Soy comerciante desde los 7 años. Empecé vendiendo dulces de la abuela en la calle. Dulces que ya no hay, los iba a traer a La Merced, en México. Mi abuela Manuela tuvo un negocito, como no había luz en Santo Toribio vendía velas y dulces. Después vendí verduras; y en las ferias, elotes preparados. En el ’88 empecé a vender la nieve.”

-¿De cuáles?

JRR  Coco, sandía, limón. Se hace el barril nevero y lo que congela es la sal. Se pone el hielo debajo, que enfría demasiado, pero la sal es lo que hace que se pegue en las paredes del barril.

-¿Sigues haciendo esa misma?

JRR  Ahora hago de galleta Oreo, de queso con zarzamora, la flotante de mandarina. Y helado.

Dulces sin tiempo. / Frutos del tiempo libre. FOTOS Antonieta

 

Ya era Juan nevero de barril al matricularse en la prepa “Roberto Cañedo Martínez”, donde pudo graduar de técnico en Hotelería.

“Me fui a trabajar año y medio a Ixtapa Zihuatanejo. Ayudaba al chef del Hotel Fontaine. Además, vendía 60 litros de nieve los fines de semana. Allá la perfeccioné porque me di cuenta de que había máquinas para hacerla. Después fue una locura, les gustó mucho a mis clientes y a los del hotel.”

Buena semilla. De pie hermanas Socorro y Guadalupe, y mamá Beatriz. En cuclillas, Juan y hermana Francisca con niños. FOTO Archivo familiar Ramírez Romero

 

RETORNO A XICO

Por fin, un día Juan volvió directamente a Santo Toribio desde Ixtapa, y ya aquí, el hombre de fe dio de bruces con una especie de milagro.

Cuenta: “Caminando por las calles de Puebla, encontré una máquina en la 25 Poniente, entre 11 y 9 Sur. En aquel tiempo me costó 25 mil pesos. Me la traje, la instalamos en casa y empecé a trabajar como empresa. Fue una dioscidencia.”

Y en efecto, el prodigio de la máquina de nieve sellaría con éxito una vida de lucha dura, minada de obstáculos.

Mientras nos enseña su casa en remodelación -azulejos, cerámicas, candelabros de madera- damos de bruces en la planta alta con un montón de mazorcas de granos negros y amarillos. Son los frutos de su tiempo libre.

Doña Beatriz Romero (qepd). FOTO Archivo de la familia Ramírez Romero.

 

JRR  Me compré dos hectáreas. Yo mismo las siembro, y cosecho. Para desestresarme.”

-¿Nostalgia del oficio de don Constantino?

Asiente. Enseguida, regala a los reporteros dos imágenes del progenitor:

JRR  Mi padre siempre fue de oposición, nunca estuvo con el gobierno. Le gustaban las canciones de protesta. Con sus amigos hicieron el PDM, el partido del gallo.

“Al principio, papá no me dejaba vender. En ese tiempo consideraba el comercio de la calle lo más bajo que se podía caer. Ya en su vejez, me ayudaba a limpiar el tamarindo y la fresa. Todavía en 2003 ayudaba a nevar.”

“DIOSCIDENCIAS”

Cuando tiene tiempo, don Juan ofrece gratuitamente sus servicios de cocinero a los vecinos que lo requieren para boda o bautizo. “Sé hacer el mole típico, los mixiotes, las carnitas, el mole de panza. Les saco el presupuesto de los platillos, y pido que paguen a los que me ayudan.”

 

Orgullo de las raíces. FOTO Antonieta

 

Esa actitud ante la vida le ha atraído varias otras coincidencias providenciales a las que alude con el neologismo “dioscidencias”.

Comparte una más:

“En un 10 de mayo quise regalar vasos de nieve. Iba tocando las casas, llamaba a la mamá y le decía ¡Felicidades en tu día! En una casa toco, y que sale la señora como enojada. ‘Vengo a felicitarla en su día’, le dije y extendí el vaso de nieve. Entonces vi que los ojos se le fueron llenando poco a poco de lágrimas. Me dijo: ’Mis hijos y mi esposo salieron a trabajar desde temprano, se les olvidó que es Día de las Madres. Te agradezco mucho. Cuando me coma la nieve, el vaso lo voy a conservar’. Para mí, eso es lo que me llena. Me gusta hacer el bien sin mirar a quien.”

 

En la Vía Dolorosa. FOTO Archivo familiar Ramírez Romero

 

VIAJE A JERUSALÉN

En 2017, siendo ya un empresario exitoso, don Juan emprendió viaje a Tierra Santa al fin de renovar los votos bautismales. Aún platica con gran emoción esa experiencia que incluyó escala europea, en Portugal y España.

En las fotos de Jerusalén, el hombrón de 1.80 y más de 100 kilos de músculo es un humilde peregrino: andando y cargando la cruz sobre la Vía Dolorosa junto a otros hijos de la iglesia, los brazos cruzados al pecho recibiendo la bendición de un sacerdote.

Renovando votos. FOTO Archivo familiar Ramírez Romero

 

Unas fotos llevan a otras.

En la de su primera comunión, Juan es un niñote de 8 años que mira al lente mientras con una mano sostiene la Biblia y un catecismo, y con la izquierda, un lirio. En la más antigua se le ve en cuclillas, bendito entre las mujeres de la familia. “Es el más pequeño de la prole, aunque con gran corazón” -sentencia off the record una hermana.

Primera comunión. FOTO Archivo familiar Ramírez Romero

 

-¿Tienes un libro favorito?

JRR  De Alex Dey, La Biblia del vendedor. Contiene una frase que me gusta bastante: “No permitas que nadie te robe tus sueños”.

-¿Un superhéroe?

JRR  Remi, el niño de nadie.

-¿Lo que más te gusta de la gente?

JRR  La sinceridad.

-¿Y lo que menos?

JRR  La mentira.

FOTO Antonieta

 

COLOFÓN

El tiempo escurre cual nieve de limón al lado de Juan Ramírez. Todo es como más fácil merced a esa alta educación consistente en hacer sentir a los invitados como en casa.

-¿Qué sueño no quieres que la vida te robe, don Juan?

“Como que ya son 50 años… Después de hacerme valer por mí mismo ya no necesito nada. Ya probé mi libertad, y me gustó.”

-¿Tal vez ganar al tercer intento la presidencia de Santo Toribio? -insisto.

Sólo a medias admite la aspiración, la humana tentación de probar de nuevo su suerte:

“Estoy bien. ¡Pero podría estar mejor!”

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