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Para el Prof. Florentino Domínguez Ordóñez,
en convalecencia por covid
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En su rueda de prensa de esta mañana, Ana Lilia Rivera se desbozaló al advertir a seguidores (¿a quién si no?) en la Plaza Juárez de Tlaxcala: “No aceptaremos los mismos de siempre… las encuestas las ganaron ex priistas y panistas corruptos quedando los cargos en las personas más deshonestas de Tlaxcala”.
Palabra de senadora morenista y experredista: “Más de la mitad de los encuestados rechazó a Lorena Cuéllar, porque representa la corrupción del PRIANPRD”.
Peor: cual yegua de Troya, Rivera anunció una estrategia consistente en impulsar candidaturas municipales y legislativas opuestas a la virtual candidata a la gubernatura por MORENA.
Y no es la única Ana Lilia. La víspera, Dulce Silva dijo cosas aun peores, como que la militancia habría sido “engañada deliberadamente”. ¿Engañada por quién? Obviamente por Mario Delgado, líder nacional de MORENA. Tal vez, casi seguramente con la venia del presidente López Obrador. ¿Cómo si no?
Las malqueridas Ana Lilia y Dulce sembraron una duda legítima.
La postura de las perdedoras transpira sectarismo y reedita una vieja historieta fundamentalista: la de la izquierda prodictadura cubana (no hay de otra en el continente), desde siempre escindida entre traidores impuros y electropuros genuinos.
-Después de mí: el Diluvio -han apostado ahora las rivales de amores de la ungida.
Para completar el cuadro, otro aspirante a la postulación de MORENA, Parménides Ortiz alias “Subcomandante Referéndum”, emprendió un camino jurídico coincidente con las rutas de Rivera y acaso también Silva, hacia la anulación legal de la candidatura de Lorena.
Así las cosas, el contraste no puede ser más marcado con la competidora real de Lorena Cuéllar Cisneros: la tenaz exalcaldesa capitalina Anabell Ávalos Zempoalteca y casi segura abanderada de la alianza entre tres partidos nacionales y dos locales.
Mal comienza la semana al que ahorcan en lunes. La descendiente de dos gobernadores anteriores al neoliberalismo tlaxcalteca, arranca con un frente de guerra abierto al interior de su propio partido. Si tardan los bomberos, ese mismo fuego amigo podría malograr (¡otra vez!) la segunda tentativa de Lorena Cuéllar Cisneros de emular a sus ilustres abuelos.
COHETERÍA
Dulce y Ana Lilia “callaron como momias” antes los simulacros democráticos de las consultas a mano alzada en sitios de votación decorados con propaganda de MORENA. ¿Cómo es que hasta ahora, cuando les tocó uno a ellas, ponen el grito en el cielo?