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Tlaxcala Legisló a Favor de las y los Niños
“Muchas… cosas…pueden esperar,
los niños no pueden…ahora es el momento…es hoy”
Gabriela Mistral
Qué fortuna, que por lo menos en esta materia, el Congreso del Estado de Tlaxcala, haya hecho valer su autonomía y la soberanía de la entidad. Pareciera asunto menor, pero no lo es.
Que el diputado Víctor Castro López haya presentado una iniciativa de adición al artículo 50 de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Tlaxcala, para agregar el artículo 50 Bis, me parece que no debe pasar desapercibido. Se podrá decir, que todavía que se hace algo bien, se pide más.
Pasa que siguió la tradición legislativa prohibicionista, en lugar de incorporar la obligación de cumplir con ciertos estándares de salud, que tienen las escuelas y las cooperativas escolares, desde nivel básico hasta profesional.
Al agregar el artículo 50 Bis, la Ley arriba mencionada, prohibirá la “… distribución, venta, suministro o regalo de bebidas azucaradas y alimentos envasados de alto contenido calórico… colocación de distribuidores automáticos o máquinas expendedoras para la venta, distribución o exhibición de… esos productos en instituciones educativas públicas y privadas de educación básica.”
Ojalá pudieran agregar después de “… educación básica y media superior”, en tanto la Ley alcanza a quienes cursan los primeros semestres de bachillerato en cualquiera de sus modalidades. Así como agregar a las Guarderías y Preescolares de todo tipo. Esta iniciativa de adición del artículo 50 Bis, actualiza la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Tlaxcala, la coloca en el centro de una de las acciones pendientes en todos los centros educativos de la entidad, no solo de Educación Básica.
En igual forma, amerita la atención de todos los ayuntamientos, para evitar que se coloquen puestos afuera de los centros educativos, vendiendo los productos que prohibirá el artículo 50 Bis. No se trata de quitar oportunidades a quienes se dedican a este tipo de comercio. Porque los ayuntamientos podrán otorgar las licencias correspondientes, a los mismos vendedores, siempre y cuando su oferta de productos sean únicamente alimentos y bebidas saludables, sin azúcares y sin conservadores, así como condiciones higiénicas de venta, conforme a los estándares impuestos por el Covid-19.
Todos los productos individuales, cubiertos en bolsitas o envueltos de papel celofán perfectamente cerrados o sellados. De tal forma que todo lo que se expenda no entre en contacto con las manos de nadie, pues todo estaría envuelto o envasado, así ningún producto estaría a la intemperie.
En estos momentos, la variedad de productos artesanales e industriales bajos en grasas, azúcares y sales, incluso algunos ya en cero, se ha ampliado. Un puesto afuera de los planteles educativos puede funcionar muy bien, vendiendo agua simple envasada; cacahuates y semillas en una variedad infinita de presentaciones; moldes o vasos sellados o cerrados con fruta picada, pastas caseras, ensaladas que también quedan abiertas en su variedad, a la imaginación y creatividad de las y los vendedores, atoles y cafés; galletas integrales, etc., etc.
Esto último, aplica para las propias cooperativas que operan al interior de los centros educativos, con la ventaja de que tales expendios, pueden ofrecer guisados o tacos de guisados y un sinfín de alimentos preparados al instante.
Esta iniciativa, si se aplica y se ejerce por madres y padres de familia; por maestras, maestros y directivos de los planteles educativos y todos en conjunto, exigen a los ayuntamientos que hagan su parte con los puestos fuera de los centros educativos, esto va a funcionar. No se trata de una moda, es una necesidad de vida o muerte. ¿Queremos ver mexicanas y mexicanos sin diabetes, sin hipertensión arterial, sin enfermedades renales, ni del corazón? No hay otro camino. Dicho todo esto, en el entendido de que es mejor, mucho mejor, desde casa que lleven preparado su lunch escolar.
Tenemos en todo el país, mucho que corregir en materia de alimentación. Lo mejor, tenemos en nuestros campos, la solución: si compramos y comemos la variedad infinita de verduras, semillas y frutas que se dan en Tlaxcala, todo pasa: ahorramos en nuestro gasto alimenticio y estaremos más sanos por la parte alimenticia. Faltaría agregar la activación física. El ejercicio es salud. Es un medicamento no tóxico que no tiene efectos secundarios, siempre y cuando lo realicemos conforme a nuestra condición física y estado de salud.
Consumir lo que se produce en Tlaxcala, lo que se siembra y lo que está plantado, fortalecerá la economía de las y los propios tlaxcaltecas y como Mercado mandaremos la señal de que queremos más de esos productos, ampliando así la oferta para más tlaxcaltecas en toda la entidad.