Xicohtzinco

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“Ya juntamos más de cuatro mil firmas con clave única de elector. Anoche había colas muy largas, hay buen ánimo. Los candidatos están avanzando por su parte en las impugnaciones legales.”

La fuente del plantón de Xicohtzinco confirma que ayer, durante una visita al congreso local en compañía de abogados, se habló del abandono de la presidencia desde el lunes 7 de septiembre por el edil José Isabel Badillo. Los asesores habrían sugerido la conveniencia de argumentar ingobernabilidad. Los inconformes proponen dos salidas: elección extraordinaria y/o la opción de instaurar un consejo municipal.

 

-Lo que sí, Chabelo ya no regresa. Y no queremos a su yerno como nuevo presidente, porque hasta las patrullas le ayudaron en la campaña -ratifica un informante.

Al calor del plantón, los inconformes han ido rememorando detalles del papel de Luis Ángel Barroso como director de obras de su propio suegro. Describen un desastre a medio hacer con materiales de baja calidad. A la demanda de auditoría al suegro, han agregado la de un peritaje a obras municipales específicas e inconclusas.

 

Otros datos claves del problema son, en orden cronológico:

(1) El PREP reportó al cierre una ventaja de 16 votos de Barroso (PRD) sobre Micaela Corte (MORENA). Dicha cifra habría aumentado hasta 24 votos.

(2) Al día siguiente de la elección, una pequeña manifestación de protesta contra la compra de votos y el uso de recursos públicos en favor de un candidato, partida del barrio de Chalmita, atrajo a casi un millar de personas.

(3) Tras su arribo al centro de Santo Toribio, los inconformes quemaron la paquetería electoral que contenía los votos y estaba depositada en una escuela.

(4) Desde dicho día 7, el alcalde y sus colaboradores desalojaron apuradamente el edificio de la presidencia municipal, quedando suspendidas la recolección de basura y la reparación de fugas de agua.

(5) Una decena de los 15 candidatos se pronunció en asamblea pública, de viva voz y con su rúbrica, en favor de nuevas elecciones.

 

(6) El pasado fin de semana, los inconformes invitaron a reporteros a constatar que las oficinas y el equipo de la presidencia no han sido afectados durante la protesta (desmintiendo una versión propalada por Badillo).

Y, (7) en apenas tres días, un número de ciudadanos con clave de elector INE superior a un tercio de los votantes del 6 de junio, respaldó de puño y letra la petición de reponer la elección.

La quema de paquetes electorales fue sin duda un grave error de los inconformes. Mas los votos contenidos en los paquetes no resolverían el problema, dado que se denuncia la compraventa de voluntades, no alguna incompatibilidad entre boletas y actas (las actas de la votación están a salvo en el IET).

 

El conflicto poselectoral es real en Xicohtzinco. Y se halla empantanado por falta de atención. Al parecer, las autoridades electorales apuestan por encargar al tiempo su desgaste.

A tal embrollo hay que sumar otra dificultad digamos intrínseca, propia del asunto: la de probar que hubo compraventa masiva de voluntades mediante recursos públicos. Las leyes tipifican como delitos electorales la compra de votos y el uso de recursos públicos para apoyar a un candidato, mas ¿cómo se prueba eso?

¿Hubo tianguis de votos?  No cabe esperar confesiones de parte. Ni del comprador que admita haber tasado la voluntad de sus conciudadanos necesitados en una despensa, un tinaco de agua, 500 ó 1000 pesos; ni del vendedor. Para como están las cosas en nuestro sistema judicial, el riesgo de rajar no es menor para el vendedor, pieza clave del intríngulis. En una de esas el comprador queda absuelto y sentenciado el que vende su voto. (Libre el conductor que atropella; y tras las rejas al peatón -acusado además de dañar con su cuerpo atropellado al coche que le atropelló. Ocurrió, lo leí en la prensa hace algunos años.)

 

Ergo ¿es imposible de combatir el delito de compra de votos? Sin confesión de parte, el reto se antoja vietnamita. Quedan opciones teóricas como conceder la calidad de testigo protegido a algunos vendedores de su voto, al fin de esclarecer la verdad y salvaguardar así la democracia.

Todos hemos oído de boca de candidatos, líderes partidistas, periodistas y ciudadanos que en Tlaxcala y todo México se sigue coaccionando la voluntad de los desposeídos. Es una realidad común a todas las naciones con altos niveles de pobreza.

Ahora bien, abatir el actual nivel de pobreza a la mitad llevará a México, según las previsiones más optimistas, al menos medio siglo. Entretanto hay que hacer algo por nuestra democracia.

Merced a una conjugación de circunstancias (consenso entre numerosos candidatos, gran respaldo ciudadano), Xicohtzinco ofrece ocasión de poner ejemplo. De advertir a los que degradan la política en tianguis de voluntades, que no siempre podrán salirse con la suya.